El componente rock que Veneno manejaba no tenía nada de sinfónico, estando mucho más cerca del rock’n’roll tradicional, del Blues e, incluso, de la nueva sensibilidad que anticipaban sonidos más modernos que iban a surgir ya en la década siguiente. Mención especial merece el caso de Joaquín Sabina, que había empezado su carrera en los años 70 como cantautor acústico, pero que ya en su álbum «Malas compañías» de 1980 había desarrollado un sonido más eléctrico que podría ser catalogado sin problema como Folk rock.
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